Una noche en el museo


No, no me refiero a la ultima pelĆ­cula de Ben Stiller, sino a la Nightlife en la Academia de las Ciencias de California en San Francisco.

Hace unas semana encontrƩ este articulo de Maite en Viajes.net que hablaba del evento llamado NightLife que tenia lugar todos los jueves por la tarde-noche, desde las seis hasta las diez de la noche.


Teniendo en cuenta que todavĆ­a no habĆ­a visitado el museo desde su renovaciĆ³n, no era mejor escusa para poder hacerlo, sobre todo con la escusa de que estarĆ­a menos masificado a esas horas.

Dicho y hecho, la semana pasada acompaƱado de varios amigos bajamos a San Francisco a la salida del curro. LlegƔbamos a eso de las siete al Golden Gate Park en donde se encuentra el museo, y para no perder mas tiempo usamos del parking de este, eso si antes tuvimos que pagar los $10 dollares de impuesto revolucionario para poder dejar el coche. No se puede decir que fuera barato, pero si quieres comodidad la tienes que pagar.


La primera sorpresa fue encontrarnos una larga cola a la entrada del museo, aunque para nuestra fortuna esta fluƭa bastante rƔpidamente, asƭ que una vez pagados los otros $10 dollares de la entrada hacƭamos acto de presencia en el hall principal tras no mas de diez minutos de espera.


El museo es de lo mas diĆ”fano, con altos techos y con paredes la mayorĆ­a de ellas acristaladas. En el centro se situaba la barra principal en donde ordenar bebidas, aunque tambiĆ©n se podĆ­an encontrar un par mas en uno de los laterales y en la planta baja. El Ć”rea central cerca de la entrada es una superficie aislada y acristalada que segĆŗn parece funciona como cafeterĆ­a en horas de visita diurnas. Esta Ć”rea era la que usaba fundamentalmente la gente para sentarse y charlar tomĆ”ndose una copa al son de la mĆŗsica.


Este pasado jueves el DJ se encontraba en el ala donde podemos ver la mayorĆ­a de los animales de la sabana africana, aunque como contraste al fondo habitan una colonia de pingĆ¼inos, los cuales no parecĆ­an demasiado descontentos con la mĆŗsica de turno.


El museo es bastante mas pequeƱo de lo que me imaginaba, este consta del Ć”rea central en donde se encuentran algunas de las reconstrucciĆ³n de animales prehistĆ³ricos como algĆŗn que otro dino y un antepasado de las modernas ballenas. En cualquier caso el esqueleto del dinosaurio no tenia nada que ver con el de la pelĆ­cula, este deberĆ­a ser el hermano pequeƱo!


A ambos lados estƔn dos enormes esferas, una de las cuales contiene el Planetario y la otra es una especie de Invernadero contenido en una esfera acristalada en donde a travƩs de una plataforma en forma de escalera de caracol se asciende hasta la cima contemplando diversas especies vegetales.


En las distintas salas podemos encontrar gran variedad de material audiovisual interactivo, en donde el visitante participa de diferente forma a la hora de adquirir informaciĆ³n.


Por ejemplo una mesa interactiva realizaba diferentes preguntas sobre la flora y fauna de ciertas islas del Pacifico, y el visitante tenia que responder con las distintas opciones que se le daban. O cerca de esta estaba una zona en donde el suelo era una pantalla plana en donde diferente insectos correteaban entre hojas caidas, y si intentabas pisarlos estos salian como almas que lleva el diablo en cualquier direccion.


Una visita obligada es a la gran esfera a la izquierda de la entrada en donde podemos encontrar el Planetario. Este consta de dos tercios de esfera en donde se proyectan imƔgenes celestiales, y con eso quiero decir del cielo nocturno, no de angelitos!.

El publico se encuentra sentado a la manera que en un cine, pero como ya he dicho la pantalla consta de dos terceras partes de la cĆŗpula, en donde la bĆ³veda celeste se desplaza simulando el movimiento de la tierra, lo que puede producir algo de mareo a ciertas personas, sobre todo cuando te llevan de golpe desde la vista de un polo al otro en poco mas de unos segundos.

El tercer jueves de cada mes tiene lugar una sesiĆ³n especial en donde el director del planetario es quien dirige la danza de las estrellas. En este caso y para mayor alarde tecnolĆ³gico este se encontraba en una convenciĆ³n en Tennessee al otro lado del paĆ­s, asi que iba a ser un show controlada a distancia.

Lamentablemente y como a veces pasa en este tipo de eventos, al poco tiempo de empezar la conexiĆ³n se cayo y tuvimos que conformarnos con las explicaciones de la suplente en la sala sobre las constelaciones mas conocidas en el hemisferio norte.

Aunque como sorpresa de ultima hora, tuvimos sesiĆ³n doble, pues consiguieron recuperar la conexiĆ³n y pudimos disfrutar de la charla del director del recinto, la cual se basaba en distancias entre distintos cuerpos estelares, desde la Tierra, pasando por la Luna, el Sol, los planetas del Sistema Solar, la VĆ­a LĆ”ctea y demĆ”s constelaciones perdidas en el espacio. Todo esto sazonado con un viaje interestelar hasta los confines mas remotos del espacio conocido, el cual es mucho menor del que podĆ©is imaginaros.

Tanque con medusas.

En la planta inferior podemos encontrar un bastante extenso acuario en donde habitan la mayorĆ­a de las especies no disecadas o prehistĆ³ricas del museo. AquĆ­ podemos encontrar gran variedad de distintos tipos de peces, reptiles, anfibios, insectos y corales marinos. Sobre todo me llamaron la atenciĆ³n unos peces de las profundidades que tenĆ­an debajo de los ojos unas especies de ojeras luminiscentes, que en la oscuridad del tanque del agua podĆ­an incluso confundirse con los ojos del pez.


El museo se encontraba bastante repleto de gente, la mayorƭa de ella bastante joven, aunque ya sabƩis que aquƭ solo se puede beber por encima de los 21 aƱos, y muchos de ellos parecƭan mas ataviados para una noche en la discoteca que para una visita al museo.


En todo este se podƭa encontrar gran cantidad de personal del museo, tanto para explicar los distintos eventos y exposiciones como para cuidar que ninguna parte sufriera daƱos. Principal cuidado tenƭan con todas las zonas con agua, en donde no se podƭa acercar nadie con bebida, mas que nada para evitar derrames inesperados, pues a los peces y hƔbitat marinos no les gustan muchos los combinados de alcohol con Redbull.

Un white alligator.

Y no dio para mucho mas, las tres horas pasaron muy rĆ”pido y desde luego es una experiencia completamente distinta y original la de visitar un museo de estos con una cerveza en la mano, con mĆŗsica de moda de fondo y sin cienes de niƱos correteando a tu alrededor.

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10 Comentarios

  1. Me encantan los planetarios, a ver si algĆŗn dĆ­a puedo visitar el de ese museo. Lo Ćŗnico que no me gusta es que en ellos suelen poner el sonido demasiado alto y termina agobiĆ”ndome, pues el recinto es bastante pequeƱo.

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  2. pero que bien lo has explicado y documentado, si me parecio que ya he estado alli, jejeje, es broma, muy bueno y muy instructivo, este verano ire a EEUU, y si tengo tiempo pasare por alli, un abrazo, mery.

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  3. Parece un lugar fantƔstico. Me reuerda al oceanogrƔfico de Valencia

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  4. @Silvia, no recuerdo que este tuviera el sonido muy alto, estaban todo el rato explicando cosas, y puede que tuviera algo de musica de fondo pero muy suave si acaso.
    @mery no problemo!
    @Francisco, lo cierto es que el acuario me sorprendio, creo que junto con el planetario y el invernadero son las principales areas del museo. En cualquier caso no llega a ser ni el de Monterrey ni el Sea World de San Diego. No he estado en el de Valencia, pero segun me dicen es bastante bueno tambien

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  5. interesante exposicion, caro muy caro, la cultura no deberia costarnos tanto dinero, menos en una sesion como esa. con todo la arquitectura del museo no parece lo mas destacable. Pero debio ser una buena experiencia.
    Saludos.

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  6. Nos has dado un excelente paseo.
    Gracias.
    Besets.

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  7. @elreves, lo que si es cierto es que mirado desde el punto de vista de un nightclub, por el hecho de la musica y las copas, en la ciudad cualquiera te cobra del order de $10 a $20 dollares sin problemas. Por el hecho de ser un museo es distinto, pero aqui los museos funcionan como empresas privadas, su objetivo es mostrar la cultura al publico pero ganando dinero a la vez.

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