Quarryhill Botanical Garden.
DespuĆ©s de mas de 12 aƱos viviendo en Sonoma County y hasta hace pocos dĆas no habĆa oido ni hablar en absoluto de Quarryhill Botanical Garden. Fue Marcela la que ha un par de semanas me hablo de este lugar.
Era un Domingo radiante asĆ que mejor que un agradable paseo en un jardĆn botĆ”nico totalmente desconocido para mĆ.
Quarryhill Botanical Garden fue fundado en 1987 en las laderas de las Mayacamas Mountains, y durante estos 25 aƱos se ha dedicado al cultivo y la conservaciĆ³n de flora de Asia como deseaba su fundadora Jane Davenport Jansen.
Los casi 25 acres exhiben mĆ”s de 20.000 plantas de origen silvestre en su mayorĆa, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinciĆ³n en sus habitats originarios, lo que muestra la increĆble diversidad, fragilidad y maravilla de la flora asiĆ”tica.
La naturaleza silvestre de gran cantidad de las especies que aquĆ se pueden encontrar es lo que hace de Quarryhill un lugar Ćŗnico y diferente de cualquier otro jardĆn botĆ”nico.
Al final decidimos tomar la carretera que va de Petaluma a Rohnert Park y cruzar las colinas hacia Glen Ellen. Es la ruta mĆ”s corta pero tambiĆ©n la mĆ”s tortuosa y espectacular en un dĆa soleado.
Atravesaras pequeƱos viƱedos y granjas entre bosques de arboles que en esta Ʃpoca empiezan a perder sus hojas, lo que hace del camino un espectƔculo de colores verde, amarillo, rojo y azul.
El jardĆn esta justo al lado de la highway 12 que une Santa Rosa con Sonoma, muy cerca de la desviaciĆ³n de Glen Ellen. La entrada es compartida con un viƱedo aledaƱo, la cual pasa por delante de la puerta principal para llegar al parking de visitantes. Era casi la una de la tarde, y a penas habĆa un par de coches mĆ”s en el parking.
El centro de information cercano al parking estaba cerrado, y la forma de pagar es self-service, muy habitual en estos lugares. Simplemente se coge un sobre, se pone el dinero y se deposita en un buzĆ³n, sin nadie que chequeo si se pone dinero o no.
DespuĆ©s de depositar el coste de la entrada, a penas $5 por Marcela ya que tiene carnet de estudiante y $10 por mi parte, ya que no tengo ningĆŗn tipo de descuento; empezamos nuestra visita en el jardĆn oriental sito a lado del parking.
Este primer jardĆn es una pequeƱa area circular, con rosales alrededor y un fuente rectangular en el centro. A pesar de no ser la Ć©poca de mĆ”ximo esplendor de las rosas, se podĆan encontrar increĆbles ejemplares en rojo, amarillo y blanco.
DespuĆ©s de un corto paseo, nos dirigimos a la entrada principal del jardĆn. PensĆ”bamos que iba a ser un agradable y placido paseo, pero nos encontramos con que el jardĆn esta ubicado en las laderas de una colina, lo que supone que el recorrido en un constante sube y bajo. Para ser mĆ”s claro, es una continua subida en una de los lados y una continua bajada de vuelta, como era suponer!.
AdemĆ”s de disfrutar del lugar Ćbamos a hacer algo de sano de ejercicio para abrir el apetito.
Ninguno de los dos somos muy duchos en el arte de la floricultura, asĆ que para nuestra fortuna la mayorĆa de las plantas y arboles estaban correctamente identificados, aunque ni con eso se nos hacĆan conocidas muchas de estas especies asiĆ”ticas, quizĆ”s tambiĆ©n por nuestra falta de andanzas en esas tierras del Lejano Oriente.
Lo que que si es cierto es que el jardĆn, con sus caminos empinados y cientos de especies por doquier empezaba a ser impresionante. El verde de la mayorĆa de los arboles, se entremezclaba en algunas zonas con el amarillo y rojo de las hojas caducas, o el ya gris de los ya completamente pelados, y todo eso con un azul cielo espectacular.
A mitad de camino llegƔbamos al punto mas elevado, desde el cual se podia disfrutar de una maravillosa vista del valle, con los viƱedos esparciƩndose por doquier. En lo mas elevado se puede encontrar el llamado Prayer Flags. Una estructura compuesta de decenas de trozos de tela multicolor formando un entrelazado que quiere unir piedra, Ɣrbol y cielo.
De bajada es cuando empezaron a aparecer los rojos y amarillos en su mĆ”ximo esplendor, ahora el camino empezaba a rodear un pequeƱo lago cubierto de nenĆŗfares en su casi totalidad. El lago constaba de dos partes a diferentes alturas unidas por un arroyuelo el cual se precipitaba por una cascadita. En el borde de la cascada esta un diminuto puente, evidente puesto allĆ para delicia del visitante, como la mayorĆa de los rincones de este escondido y casi secreto jardĆn botĆ”nico.
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