Esquivando la lluvia

Lake Padden Park

Esquivando la lluvia.

Hoy dejĆ”bamos Seattle, pero todavĆ­a no sabĆ­amos cual serĆ­a nuestro siguiente destino. 

La primera idea de coger el ferry hasta Victoria se complicĆ³ porque no parecĆ­a haber ninguno que pudiera cargar con coches, si no solamente pasajeros. 

El plan era tomarlo de ida hasta Victoria y luego volver a Port Angeles en la penĆ­nsula de Olympic. 

Problema adicional, el paso de aduanas con todo lo que supone, y sobre todo teniendo en cuenta que tendrĆ­amos que volver a pasar aduana para llegar a Vancouver, y otra vez para la vuelta.

La opciĆ³n de Mount Rainier tampoco parecĆ­a muy viable, pues el dĆ­a pintaba bien lluvioso por esa zona.

La Ćŗnica opciĆ³n con menos riesgo de lluvia es hacia el norte, y dio la casualidad que Marcela llevaba mucho tiempo queriendo visitar Bellingham, pues Alaska Airlines ofrecĆ­a muchos vuelos con precios muy baratos a esa ciudad, pero realmente no tenĆ­amos muy claro que visitar en la ciudad o en los alrededores, pero pronto lo Ć­bamos a comprobar, pues el pronĆ³stico era de simplemente nublado.

El dĆ­a amaneciĆ³ mucho mĆ”s nublado, desde luego habĆ­amos tenido increĆ­ble suerte el dĆ­a anterior en nuestra visita de Seattle, pues el dĆ­a fue muy soleado a pesar de estar la ciudad completamente rodeada de nubes.

Hoy, siendo dƭa de diario se veƭa el normal quehacer de la ciudad. La gente se dirigƭa a su trabajo a esas horas. Salimos un poco mƔs tarde de la hora punta, asƭ que no pillamos demasiado trƔfico.

La ruta hacia Bellingham, al norte de Seattle, fue bien lluviosa, lo cual no era muy buen presagio, pero fue apenas llegar a Bellingham y empezar a cambiar el tiempo a mƔs soleado.


Old Town Cafe en Bellingham.

Usando espumoso espaƱol.

La primera orden del dƭa en Bellingham fue encontrar un lugar para desayunar. Cerca de downtown esta ubicado Old Town Cafe. Habƭa mucha gente haciendo cola fuera del cafƩ, asƭ que nos toco un buen rato de espera hasta que conseguimos sentarnos.


Mount Baker es una montaƱa cercana a Bellingham, que pertenece a la misma cadena que Mount Rainier y Mount St. Helens, y desde luego nadie quiere que Mount Baker siga los pasos de Mount St. Helens.

Con gran satisfacciĆ³n comprobĆ© que ofrecĆ­an no solo la opciĆ³n de pan gluten free, pero tambiĆ©n pancakes gluten free. 

No creo recordar ningĆŗn lugar en donde pudiera tomar tortitas sin gluten que no fuera en mi propia casa, asĆ­ que para mi estaba claro iba a ser el desayuno. 

Marcela se decidiĆ³ por una especia de tortillas de maĆ­z con huevos, champiƱones y salsa picante con judĆ­as negras y patatas.


Pancakes con banana y sirope de arce.

Tortillas de maiz con huevo, champiƱones, patatas y judias negras.

El cafĆ© es estilo alternativo, con un montĆ³n de anuncios sobre actividades en el Ć”rea y mesas muy de batalla. La decoraciĆ³n en las paredes basada en fotografĆ­as de artistas locales. 


Mis pancakes, deliciosos tengo que decirlo, cuatro maravillas para mi paladar.


Mural en Bellingham downtown.

Un detalle curioso, esta fue la tercera vez que notamos la inclusiĆ³n de romero en muchos de los platos que hemos probado en el estado de Washington. Las patatas del desayuno de Marcela tenĆ­an un fuerte sabor a romero, lo cual les daba un toque distinto y original.


Whatcom Falls.

Uno de los principales atractivos de Bellingham parece ser el Whatcom Falls Park, situado a las afueras del pueblo. 

Apenas a diez o quince minutos del centro del pueblo se llega a este parque, el cual ofrece un centro de crĆ­a de diferentes especies de pescados de rĆ­o, junto a varios senderos, no muy largos ninguno de ellos, aunque siempre se pueden hacer varios recorridos. 


Puente a la entrada de Whatcom Falls Park, las cascadas estƔn a la espalda del puente.

Las cascadas, no son muy impresionantes que digamos, una caĆ­da de apenas cinco o seis metros, situadas a la altura de un bonito puente de piedra muy cerca del parking. TambiĆ©n es cierto que el caudal de aguan esta mĆ”s bajo de lo normal, lo cual le quita mucho brillo a estas caĆ­das de agua. 


PequeƱas cascadas y poza con agua. SegĆŗn nos contaron desde el alto que hay a la izquierda de la foto mucha gente salta al agua, y mucha gente sufre graves accidentes por su peligrosidad.

Los senderos que ofrece el parque se sitĆŗan sobre el curso del rio que surte a las cascadas, y ofrecen un paraje muy frondoso, en donde es fĆ”cil dejarse llevar por el cantar de los pĆ”jaros.

Otro de los importantes lugares naturales, tambiƩn situado a las afueras de Bellingham, es el Lake Padden Park

El trayecto en coche es de otros diez o quince minutos desde Whatcom Falls Park, y aquĆ­ encontramos un tranquilo lago, en el cual podemos disfrutar del kayaking o de un simple paseo en bote, siempre y cuando tengamos un kayak o un bote, claro esta. 


Lake Padden.

Las opciones mƔs sencillas consisten en pasear alrededor del lago o montar un picnic en alguna de las Ɣreas reservadas para ello, o simplemente en las praderas que encontramos cerca del lago.


Invitados sorpresa.

Mama pato, papa pato y los dos patitos continuando su vuelta por el lago.

Siendo un dĆ­a de entre semana, y dado que el tiempo era un poco inestable, el lago se encontraba bastante vacĆ­o, asĆ­ que disfrutamos de un tranquilo descanso a la orilla del lago, solo interrumpido por una familia de patos que decidiĆ³ hacernos una visita mientras que rodeaban tambiĆ©n el lago.


Calles del distrito histĆ³rico de Fairhaven.

Oficina de informaciĆ³n en Fairhaven.

Mural en Hairhaven Historic District. En la parte de en medio de esta fachada se encuentra una pantalla en blanco que sirve para proyectar pelĆ­culas al aire libre en verano.

Sentados cerca de un pequeƱo cafƩ.

Cambiando a lugares mas urbanos, encontramos el Fairhaven Historic District, situado en el cercano pueblo de Fairhaven, apenas a diez minutos de Bellingham.

Este histĆ³rico distrito se encuentra en el downtown del pueblo, y constan de edificios de corte clĆ”sico de finales del XIX, y con multitud de tiendas y restaurantes para atraer al turista, aunque desde luego merece una parada para recorrerlo con tranquilidad, y dado que el dĆ­a habĆ­a tornado a soleado, es muy agradable poder tomarse un cafĆ© o un piscolabis en cualquiera de las terrazas de los cafĆ©s o restaurantes.


Escenario en Larrabe State Park.

Vistas desde Larrabee State Park.

PequeƱa playa en Larrabee State Park.

Al sur de Bellingham, alrededor de veinte minutos en coche esta Larrabee State Park, situado ya en la costa, y ofrece una bonita y tranquila cala de piedra fina y varios senderos a travƩs del frondosos bosques con increƭbles vistas de las diversas islas que pueblan la zona de la bahƭa.

Continuando al sur por la costa llegamos hasta Fidalgo Island, la cual esta unida al continente por un corto puente, pues la isla esta separada apenas por un estrecho canal.

La ciudad mƔs al norte de la isla es Anacortes, y desde esta isla se puede tomar un ferry a Victoria o a la multitud de islas que se encuentran antes de Victoria Island.


Picnic en la marina de Anacortes.

AdemƔs del kayaking y el paseo en barco para avistar ballenas, podemos encontrar dos parques, uno al este llamado Cap Sante Park, y otro justo al oeste de la isla Washington Park.


De siesta.

El dĆ­a se habĆ­a convertido en un claro en mitad del mar de nubes, el sol era solo ocultado de vez en cuando por algĆŗn grupo de nubes, pero llegados a la Marina de Anacortes, justo en frente de Cap Sante Park, decidimos tomar un relajado picnic para apreciar la vistas de la bahĆ­a y de alguna pequeƱa y cercana isla como Saddlebag Island.


Vistas desde Washington Park.


Washington Park al oeste ofrece un playa situada en una tranquila cala con espectaculares vistas a Decatur Island, Blakely Island y Cypress Island. Podemos tomar un bucle por todo el parque, bien andando, bien en coche, en donde recorremos el frondoso bosque con paradas en distintos puntos que nos permiten apreciar panoramas de la costa.


Vistas desde la playa de Washington Park.



Con esto dimos por terminado un dĆ­a en el que nos la pasamos intentado evitar la lluvia, y la verdad es que no hicimos mĆ”s que encontrar sol para nuestra fortuna. 

La noche se torno en una laborioso espera en la sala de la lavadora y la secadora en el hotel, pues despuƩs de casi dos semanas de viaje empezamos a tener problemas con la muda.



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