La Luna de Miel: Ruta al Este - Amed


Ruta hacia el Este.

HabĆ­amos quedado con el conductor a las ocho y media de la maƱana, asĆ­ que tenĆ­amos que desayunar antes. Despues de haber disfrutado del hotel, hoy tocaba otra excursiĆ³n por la isla.

Nos despertamos a la siete de la maƱana, despuĆ©s de una ducha para terminar de quitarnos las legaƱas fuimos al restaurante del hotel para el desayuno. Este fue muy similar al del dĆ­a anterior, aunque esta vez no habĆ­a nada cocinado especial sin gluten, solamente pan gluten free. 

AsĆ­ que fui con un desayuno frĆ­o con queso, salchichas, bacon y una tortilla que mi hicieron con los ingredientes que les pedi allĆ­ mismo. Marcela probo pasta y arroz, pero parece que no eran suficientemente picantes para ella.



Subiendo a la recepciĆ³n del hotel una vez acabado el desayuno.

A las ocho y media ya estĆ”bamos listos y en recepciĆ³n. Nyoman, el conductor llegĆ³ apenas cinco minutos despuĆ©s. Lo cierto es que era un largo recorrido, pues Ć©l vivĆ­a en el sur y tuvo que levantarse bien pronto para poder estar en Ubud a esa hora.

Cuando salimos del hotel tuvimos nuestro primer incidente del dƭa. Un manager prepotente querƭa toda la carretera (la cual a duras penas daba para un solo coche) para Ʃl, y nos hizo retroceder cuando, primero, nosotros Ʃramos clientes del hotel, y segundo y mƔs importante, el tenia que retroceder menos y con menos peligro que la maniobra que nos obligo a hacer. Ademas todo eso con gestos de desdƩn y desprecio hacia los que ƭbamos en el taxi. Decidimos quejarnos a la vuelta al hotel por la noche.

DespuƩs del percance con el manager, empezamos de verdad nuestra ruta hacia Amed. En lugar de ir directamente, fuimos por la costa en donde habƭa una especie de autopista y el trafico parecƭa mƔs ligero. en cualquier caso el viaje fueron cerca de cuatro horas en lugar de las dos horas y media que nos habƭa comentado un par de dƭas antes, segunda mala noticia del dƭa.

De camino empezamos a sospechar que las cosas no iban a ser tan dulces e idĆ­licas como nos habĆ­a prometido. Nyoman empezĆ³ a hablar que no llevaba ningĆŗn regalo para su familia, y que siempre que iba a verlos era tradiciĆ³n al menos llevarles algo, asĆ­ que empezamos a pensar que no iba a haber visita familiar ni cocotero que te criĆ³. Mal rollito. Tercera mala noticia del dĆ­a.

De cualquier forma tuvimos una bonita conducciĆ³n rural. Los campos y terrazas de arroz eran mucho mĆ”s impresionantes en esta zona que los que habĆ­amos visto en el tour anterior. Encontramos unos realmente espectacular, asĆ­ que paramos para poder tomar unas fotos.



Estas terrazas de arroz si que eran como las que salen en las pelĆ­culas.

Arroz, verde y agua.

En ese momento descubrimos que habĆ­a un estrecho camino hacia los campos de arroz, por donde subĆ­an varios turistas. Ni cortos ni perezosos empezamos a bajar la vereda hasta los cultivos.

Entonces un numeroso grupo de gente apareciĆ³ con unas ofrendas, las cual llevaban a un pequeƱo santuario que estaba muy cerca de los campos de arroz. 

Antes ya habĆ­amos pasado por una ciudad costera en donde parecĆ­a haber algĆŗn tipo de fiesta religiosa, pues parecĆ­a que todo el mundo se estaba congregando con ofrendas y muchos vestidos con trajes tradicionales; asĆ­ que pensamos que esto seria por el mismo motivo religioso, pero a mĆ”s modesto nivel.



Locales bajando con ofrendas.

No pararon de cantar y tocar mĆŗsica durante toda la ofrenda.

Mientras tanto, nosotros intentamos mojar nuestros pies en los campos de arroz, los cuales estaban encharcados, resultado, acabamos llenos de barro.

En uno de los cultivos habĆ­a una mujer muy mayor plantando pequeƱas plantitas de arroz. Marcela se puso a su lado y empezĆ³ a tratar de hablar con ella. La mujer no sabia nada de inglĆ©s, y nosotros no sabĆ­amos nada de balines o indonesio, asĆ­ que la comunicaciĆ³n fue bastante complicada, pero pudimos tomar unas fotos muy bonitas, eso sĆ­ hay que decirlo.



Plantando arroz.

Mucho mƔs duro y laborioso de lo que pueda parecer.

De vuelta descubrimos que Marcela se habƭa echo un buen corte en el pie cuando estƔbamos en el barro, y estaba empezando a sangrar bastante. Limpiamos la herida, pero paramos en el primer lugar en donde pudimos encontrar algo para poder desinfectar y vendarle el pie para que sanara mƔs pronto.

Finalmente llegamos al pueblo natal de Nyoman. Tuvimos que tomar una pequeƱa desviaciĆ³n, pues el pueblo era mĆ”s aldea que pueblo, bien chiquito y aislado en la selva. ParecĆ­a como un viaje cien aƱos en el pasado. No habĆ­a coches, unas pocas motocicletas. Cuando llegamos al ultimo desvĆ­o, no habĆ­a ni siquiera carretera, todo puro camino de tierra.



Llegando al pueblo natal de Nyoman.

Paramos el coche en mitad del barrizal y atravesamos los campos de cultivo hasta llevar a la casa de los padres de Nyoman. Eran campos de Tapioca y Batata.

Llegamos una diminuto casa, apenas mĆ”s grande que dos habitaciones, una era un dormitorio, la otra la cocina. A un lado de la casa habĆ­a un gran cerdito con dos crĆ­as, una vaca, un perro, varias gallinas, un campo de tapioca, completamente lleno de basura, y un montĆ³n de altĆ­simos cocoteros y plataneros. Esa era la humilde morada de los padres de Nyoman, realmente humilde.



El padre de Nyoman subiendose a un cocotero.

A pesar de su edad, no habƭa perdido ni un Ɣpice de agilidad, fuerza y maestrƭa.

La madre no paraba de moverse y trabajar, en la cocina, cortando cosas, yendo al pozo. Su padre estaba tranquilamente sentado en una pequeƱa pergola situada enfrente de la casa, allƭ a la sombra parecƭa estar de lo mƔs relajado.

Nyoman nos enseƱo la cocina y la habitaciĆ³n principal, y se acabo, pues la casa no daba para mĆ”s; e incluso la cocina y el dormitorio eran bien diminutos. Se completaba con un pozo, un pequeƱo santuario para las ofrendas y un montĆ³n de nada.

Le dimos $5 dĆ³lares a Nyoman para que se los diera a sus padres como agradecimiento por dejarnos ver su casa.

Al final el padre se levantĆ³ y fue a uno de los altĆ­simos cocoteros que habĆ­a cerca de la casa. EmpezĆ³ a subirlo sin mĆ”s que sus pies y sus manos. ParecĆ­a increĆ­ble, el seƱor tan mayorcisimo y la agilidad que demostraba subiendo el Ć”rbol. Llego a lo alto del cocotero, cerca de unos 20 metros a ojo de buen cubero desde el suelo, allĆ­ corto dos o tres cocos que cayeron al suelo a peso. Eran tres cocos bien grandes y hermosos.



A punto de disfrutar de un rico coco fresco.

Volvimos a la pergola en donde el padre empezĆ³ a cortar los cocos para que pudiĆ©ramos beberlos. AllĆ­ sentados en la pergolas nos bebimos unas cocos bien frescos y naturales. Nyoman trajo varios dulces que su madre habĆ­a hecho con arroz pegajoso y coco, envueltos en hojas de palma. Los desenvolvimos y nos los comimos. Estaban autĆ©nticamente deliciosos.



Dandole fuerte al arroz!

De vuelta al coche y rumbo a Amed, otra parada en un campo de arroz, en donde estaban cortando el arroz y separando los granos del resto de la planta. Fuimos allƭ y les ayudamos entre las sonrisas de los campesinos, asƭ pudimos hacernos unas fotos bien tƭpicas tambiƩn!

Finalmente llegamos a Amed, el cual a pesar de ser tambiƩn un lugar turƭstico, no esta tan abarrotado como Jimbaran y todavƭa conserva el encanto de los antiguos pueblos de pescadores de la zona.



Playa de Amed.

La mayorĆ­a de los barcos se encontraban varados en la arena, algunos todavĆ­a estaban en el agua.


La playa es de pequeƱas piedras negras y el agua esta bastante mƔs caliente que en el sur. Vimos bastantes pequeƱas barcas de pesca varadas cerca de la playa, o en la misma orilla. Parecƭa que la jornada de pesca ya habƭa acabado a esa hora.



Vistas de la playa desde el cafƩ.

Curioso encontrar un anuncio de una agencia de viajes de Madrid en un remote pueblo de Bali.

Estuvimos descansando en un pequeƱo restaurante a la orilla de la playa. Yo pedi un Arok Lemon Hony, el cual es bĆ”sicamente aguardiente en version balinesa, con limĆ³n, y muy fuerte, pero que muy, muy fuerte!



Estatua en el Water Temple en Tiranganga.

Saltando de piedra en piedra.

Vista completa. de una de las piscinas del templo.

RĆ”pidamente emprendimos ruta a Tiranganga y el Templo de Agua (Water Temple) 10.000 rupias de entrada por persona. El templo consiste de un montĆ³n de piscinas, de ahi el nombre de Templo del Agua, con estatuas distribuidas entre y dentro de las piscinas. Alguna piscinas al fondo del templo estaba incluso abiertas al publico, y habĆ­a bastantes locales refrescĆ”ndose del caluroso dĆ­a. Evitamos estas, pues habĆ­a que pagar otras 10.000 rupias por persona para entrar en ellas, y no tenĆ­amos ninguna intenciĆ³n de baƱarnos ademĆ”s.



El camino en mitad del agua, rodeados de estatuas.

Peces en el templo del agua

El templo esta muy bonito y curioso, fue divertido saltar entre las piedras que forman un camino en las piscinas, a la Mario Brothers. Muchas de las estatuas eran realmente espectaculares.


Detalle de alguna de las estatuas del templo.

Varios puentes permitian recorrer el templo entre las piscinas.

Como no podĆ­a ser de otra manera, el agua el es principal elemento en el Water Temple.

A la salida fuimos a un pequeƱo restaurante para cenar, pues todavĆ­a nos quedaban buenas horas de vuelta al hotel. A los alrededores del templo habĆ­a gran cantidad de restaurantes, mĆ”s o menos turĆ­sticos, mĆ”s o menos pequeƱos. Intentamos elegir uno bien chiquito, el cual parecĆ­a mĆ”s orientado a los locales. Marcela pidiĆ³ arroz con pollo y yo pasta (noodles gluten free) con pollo. Estaban muy ricos. Ademas pedimos un plato de guacamole, pero no era lo que nos esperĆ”bamos, pero con galletitas de arroz y cortezas estaba muy rico.



A la entrada del restaurante elegido para la cena.

DespuĆ©s de llenar el estomago, emprendimos ruta de vuelta al hotel. Nos llevo mĆ”s de tres hora, asĆ­ que a eso de las siete y media de la noche llegĆ”bamos a este. A la llegada nos quejamos en recepciĆ³n sobre el comportamiento del manager de por la maƱana, y a pesar de no estar completamente seguro creo que el manager del que nos estĆ”bamos quejando era con el que estĆ”bamos hablando. Ups!

Antes de bajar a la villa confirmamos nuestro paseo en Elefante para el dƭa siguiente, lo cual nos dejarƭa suficiente tiempo para visitar el Templo de los Monos (Monkey Temple) y poder dar un paseo por Ubud y poder hacer alguna compra. Iba a ser un largo dƭa, pero iba a ser nuestro ultimo dƭa en Bali, asƭ que querƭamos aprovecharlo al mƔximo!.




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6 Comentarios

  1. Es bonito conocer nuevas culturas

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  2. Hola Joshua, pues aunque el dĆ­a empezĆ³ con sus dificultades, al final me parece que lo pasaron genial y conocieron cosas increĆ­bles. Gracias por compartirnos su experiencia en Bali, excelentes fotos. Saludos.

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    1. Muchas gracias por tus comentarios. Fue un dĆ­a muy interesante.

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  3. Buen final y hermoso recorrido, con sorpresas insospechadas en Ć©l, para un dĆ­a que comenzĆ³ torcido. Hermoso paseo al que nos llevaste, gracias, abrazo

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