Dia de Muertos en Mota del Cuervo



DĆ­a de Muertos en Mota del Cuervo.

El culto a la vida, si de verdad es profundo y total,

es tambiƩn culto a la muerte.

Ambas son inseparables. Una civilización que niega a la muerte

acaba por negar a la vida.

Octavio Paz, "Todos Santos DĆ­a de Muertos", El laberinto de la soledad, 1950.


Decƭan los antiguos que cuando morƭan, los hombres no perecƭan, sino que de nuevo comenzaban a vivir, casi despertando de un sueƱo, y se volvƭan en espƭritus o dioses... Y cuando alguno se morƭa, de Ʃl solƭan decir que ya era tƩotl...

Fray Bernardino de Sahagún, Fragmento Historia General de las cosas de Nueva España.


Maquilla tradicional de Catrina.

El DĆ­a de Muertos.

El primero y segundo día del mes de noviembre se celebra el Día de Muertos en México, esta conmemoración comenzó a formar parte de la lista del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) a partir del 7 de Noviembre de 2003.

Para muchos estas fechas traen consigo tristeza y lÔgrimas, en cambio, en México esta rodeada de fiesta y color, es la celebración a la vida y de reencuentro con los difuntos, que se cree que regresan a nuestro mundo por un día.

Una interesante forma de dar a conocer esta fiesta a nivel mundial fue a travƩs de la pelƭcula de Disnay-Pixar Coco, la cual trata de una manera bastante apropiada la festividad del Dƭa de Muertos y su importancia en la cultura de los pueblos de MƩxico a travƩs de los aƱos.

Junto al molino El Cervantes.

El origen de esta fiesta se remonta a los tiempos de la MesoamĆ©rica, en la Ć©poca prehispĆ”nica. SegĆŗn los historiadores, los mexicas  tenĆ­an varios periodos a lo largo del aƱo para celebrar a sus muertos, sobre todo al terminar las cosechas, en los meses de Septiembre y Noviembre. 

Algunos de estos pueblos organizaban fiestas para guiar a los muertos en su recorrido al MictlƔn, el inframundo de la mitologƭa mexica.

Otros disponƭan altares con ofrendas para recordar a los muertes y se colocaban crƔneos como sƭmbolos de la muerte y el renacimiento.

Según una antigua leyenda, Quetzalcóatl, el Dios en forma de serpiente emplumada, bajó al inframundo y depositó su semen sobre unos huesos molidos para dar vida al ser humano, por lo que para aquellos pueblos los restos de huesos simbolizan de cierto modo la semilla de la vida.



El arqueólogo Eduardo López Moctezuma nos detalla que la cultura azteca creía que la vida continuaba después de la muerte y consideraban cuatro posibles destinos según la forma de morir:

  • El Tonatiuhichan o "casa del sol" era el sitio al que iban los guerreros muertos en batalla, los capturados para el sacrificio y las mujeres embarazadas.

  • El Tialocan, un tipo de paraĆ­so al que llegaban todos los que morĆ­an en el agua.

  • El Chichihualcuauhco, un espacio destinado para los bebĆ©s muertos, ahĆ­ eran amamantados por un enorme Ć”rbol nodriza hasta que volvieran a nacer.

Junto a estatua de Sancho.

Como veis, el MictlÔn era el lugar al que iban la mayoría de los muertos. Para llegar a este primero tenía que esperar cuatro años, tiempo en el que era devorado por Tlaltecuhtli, la Diosa de la Tierra. Como nos cuenta Fray Bernardino de Sahagún en varios de sus códices, ahora empezaba el viaje a través de los nueve niveles del inframundo mexica.

  • Chiconahuapan, el lugar de los perros. AquĆ­ es donde despertaba el difunto, debiendo cruzar el caudaloso rĆ­o Apanoayan.

Dicen que el difunto que llega a la ribera del rƭo arriba dicho, luego mira al perro, si conoce a su amo luego se echa nadando al rƭo, hacia la otra parte donde estƔ su amo y lo pasa a cuestas. Por esta causa los naturales solƭan tener y criar a los perritos, para ese efecto; y mƔs decƭan, que los perros de pelo blanco y negro no podƭan nadar y pasar el rƭo, porque decƭa el perro de pelo blanco: yo ya me lavƩ, y el perro de pelo negro decƭa: yo me he manchado de color prieto, y por eso no puedo pasaros. Solamente el de pelo bermejo podƭa pasar bien a cuestas a los difuntos...

Fray Bernardino de SahagĆŗn, Fragmento de Historia general de las cosas de Nueva EspaƱa.

  • Tepectli MonamictlĆ”n, el lugar donde los cerros se juntan. Pasar desnudo entre dos cerros que se abrĆ­an y cerraban de manera continua.

  • Iztepetl, el lugar de los filosĆ­simos pedernales. Escalar un cerro repleto de rocas afiladas que desgarraban la piel de los fallecidos.

  • ItzehecĆ”yan, el lugar de los vientos de obsidiana. Atravesar este lugar desolado de hielo y piedra abrupta.

  • Paniecatacoyan, el lugar donde la gente vuela y se voltea como banderas.  Al llegar a la Ćŗltma colina del Itzehecayan, encontraba un sitio donde la gravedad se perdĆ­a a causa de los fuertes vientos.

  • Timiminaloayan, e lugar donde la gente es flechada. Transitar un sendero en donde unas manos invisibles lanzaban flechas que producĆ­an heridas en el difunto. Se dice que estas flechas eran aquellas que se perdĆ­an en batallas e el plano terrenal.

  • Teocoyohuehualoyan, el lugar donde los jaguares se comen tu corazón. Tepeyóllotl, el seƱor de los jaguares habita aquĆ­. Esta deidad liberaba a los felinos salvajes para que buscaran a los viajeros a quienes les abrĆ­an el pecho para despuĆ©s devorar su corazón. La prueba era dejarse comer el corazón, pues ese era el precio para poder descender al octavo nivel.

  • IzmictlĆ”n Apochcalolca, la laguna de agua de humo. Desembocadura del rĆ­o de aguas negras Apanohuacalhuia. El rĆ­o debĆ­a ser atravesado sin ahogarse, si esto se conseguĆ­a entonces el difunto se despojaba de su cuerpo y su alma o espĆ­ritu quedaba libra para continuar a las aguas del siguiente nivel.

  • ChicunamictlĆ”n, las nueve aguas. Las negras aguas del rĆ­o Apanohuacalhuia desembocaban en las nueve aguas negras de Chiconauhhapa, el inicio del noveno y Ćŗltimo nivel. En esta trayecto, el alma del difunto serĆ­a liberada de los padecimientos del cuerpo por los dioses Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, quienes representaban la esencia de la muerte masculina y femenina. Antes de iniciar esta travesĆ­a el difunto era surtido de amuletos que le ayudarĆ­an en su viaje.

Veis aquƭ con que habƩis de caminar, y ponƭanle entre las mortajas, y asƭ amortajaban el difunto con sus mantas y papeles que estaban aparejados, poniƩndolos ordenadamente ante Ʃl, diciendo: Veis aquƭ con que habƩis de pasar en medio de dos sierras que estƔn encontrƔndose una con otra; y mƔs le daban al difunto otros papeles, diciƩndole: Veis aquƭ con que habƩis de pasar el camino donde esta una culebra guardando el camino. Y mƔs daban otros papeles diciendo: Veis aquƭ con que habƩis de pasar a donde esta la lagartija verde, que se dice xochitonal, y mƔs decƭan al difunto: Veis aquƭ con que habƩis de pasar ocho pƔramos; y mƔs daban otros papeles diciendo: Veis aquƭ con que habƩis de pasar ocho collados; y mƔs decian al difunto: Veis aquƭ con que habƩis de pasar el viento de navajas...

Fray Bernardino de Sahagún, Fragmento de Historia general de las cosas de Nueva España.

Al final de las nueve pruebas para llegar al MictlĆ”n, el difunto debĆ­a entregar a Mictlantecuhtli los tributos que se le habĆ­an entregado antes de empezar el camino. 

Dulcinea del Toboso con los molinos de fondo.


Fusión de tradiciones.

La llegada de los espaƱoles y las tradiciones católicas, cambiaron a su manera esta celebración, por ejemplo, haciĆ©ndola coincidir con el DĆ­a de Todos los Santos y los Fieles Difuntos (1 y 2 de Noviembre).

Se adoptaron costumbres españolas, como el consumir postres con forma de huesos que derivaron en el popular pan de muerto y las calaveritas de azúcar.

También comenzó la costumbre de poner un altar con veladoras o cirios, des esta forma los familiares rezaban por el alma del difunto para que llegara al cielo.

La cultura prehispÔnica de incinerar a los muertos o enterrarlos en el hogar desapareció, y a partir del siglo XVIII los fallecidos eran enterrados en cementerios construidos a las afueras de las poblaciones, así que los familiares iban a estos en la celebración para prestarles sus respetos.

A día de hoy el Día de muertos es una mezcla de las tradiciones precolombinas y católicas, aunque las primeras mantuvieron mÔs relevancia.



El Altar.

Uno de los elementos mÔs importantes en la celebración del Día de Muertos, es el Altar. Con este se honra a los seres queridos con todos los alimentos que amaban, velas, flores, otras decoraciones y cosas importantes en la vida del difunto.

Tiene su origen en las ofrendas que se agregaban en los entierros de hombre y mujeres mexicas y en los altares que en Nueva EspaƱa se preparaban para interceder por las Ɣnimas benditas o de purgatorio.



Algunos de los elementos que podemos encontrar en estos altares hoy en dĆ­a son estos:

  • Flor de cempasuchil. La creencia es que su fuerte olor e intenso tono naranja llevan a los difuntos hasta sus hogares.

  • Sahumerio con copal e inciensos ardientes. Resinas que puestas al fuego emanan agradables fragancias que purifican los espacios a los que llegarĆ”n los difuntos.

  • Velas, veladoras y cirios, el ritual católico indica que la luz brinda esperanza para las almas.

  • Agua, un vaso de agua fresca saciarĆ” la sed de los difuntos despuĆ©s del largo camino hasta el hogar.

  • Sal, esta ayudara al espĆ­ritu a no corromperse en la travesĆ­a.

  • FotografĆ­as, recuerdan al ser querido a quien se le dedica la ofrenda.

  • Alimentos, colocĆ”ndose los platos platos preferidos del difunto, no solo platos sencillos si no tambiĆ©n mĆ”s elaborados; tambiĆ©n se colocan frutas y pan de muerto.

  • Papel picado, este ornamento le da color al altar, aunque en algunas comunidades indĆ­genas es sustituido por manteles bordados o follaje.

  • Calaveritas de azĆŗcar y otros postres, estas hacen que la ofrezca luzca mucho mĆ”s.



Celebración del Día de Muertos en México.

A pesar que esta fiesta se celebra en todo el paƭs, hay algunas localidades que destacan por encima de las demƔs por la importancia a nivel tanto nacional como internacional de esta festividad, como las que se celebran en el Lago de PƔtzcuaro, la cual atrae a miles de turistas durante esta semana.

La leyenda cuenta de Mintzita, la hija del rey Tizintzicha y Itzihuapa, hijo de TarƩ y prƭncipe heredero de Janitzio, los cuales, a pesar del amor que se profesaban no pudieron desposarse debido a la llegada de los conquistadores.

Estando preso el rey por NuƱo de Guzman, la princesa quiso rescatarlo ofreciendo a este el fabuloso tesoro que se encontraba bajo las aguas del lago, entre las islsa de Janitzio y Pacanda.

Cuando Itzihuapa intento alcanzar el tesoro, los veinte guardianes de este le sumergieron con ellos, y así Itzihuapa se convirtió en el vigésimo primer guardiÔn de tal riqueza.

El mito continua asegurando que el DĆ­a de Muertos, los guardianes despiertan y suben la empinada cuesta de la isla, en donde los dos principes, Mintzita  y Itzihuapa se dirigen al panteón para recibir las ofrendas de los vivos a la luz de la luna, mientras se susurran palabras de amor.

En Patzcuaro y otras poblaciones del lago como Tzinzuntzan, JarĆ”cuaro, Ihuatzio y Cucuchucho, los cementerios se ven desbordados de flores, velas y ofrendas, mientras que mujeres y niƱos lo celebran con los tĆ­picos cantos purĆ©pechas, convirtiĆ©ndose en un espectĆ”culo de luz, sonido y color increĆ­ble.

Los pescadores de PƔtzcuaro salen con sus barcas con velas encendidas y lanzan sus redes, con ello iluminan el camino para que los seres queridos puedan encontrar su camino de regreso al hogar durante esa noche.



Mota del Cuervo.

Mota del Cuervo, también llamada el "balcón de La Mancha" y con buena razón, e encuentra en la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.

Atravesada por la N-301, la llamada carretera de Alicante, hoy podemos acceder a ella a travƩs de la AP-36 en alguna de las salidas a esta localidad.

Esta región encontramos restos arqueológicos que datan de la Edad de Bronce, así como poblaciones iberorromanas.

Pero no serƭa hasta los tiempos despuƩs de la reconquista, fundamentalmente despuƩs de la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, cuando empezara a tomar forma.

El nombre de "El Cuervo" aparece por primera vez en 1243 en la sentencia de un pleito entre Alcaraz y la Orden de Santiago.

Por su parte, el nombre de "La Mota" aparece en 1394 en un privilegio de confirmación de propiedad.

SerĆ­a en 1416 cuando se la concede fuero, siendo la Orden de Santiago la que primordialmente estuviera al cargo de la región. 

En 1542 aparece el nombre completo de La Mota del Cuervo.

Dedicada históricamente a la agricultura y a la alfarería, aquí residió durante un tiempo el escrito Miguel de Cervantes, autor de la universal obra de El Quijote.

Precisamente en el capítulo IV de esta obra, después de la aventura con el zagal Andrés el hidalgo Don Quijote decidió continuar su camino hasta la villa de Mota del Cuervo, pero no se detuvo en ella, pues estaba demasiado cerca de El Toboso, donde residía su amada Dulcinea.

Mota del Cuervo no solo es paso del Camino de Santiago de Levante, si no que tiene, como no podĆ­a ser de otra manera, una ruta cervantina.

Aquƭ llegƔbamos el 1 de Noviembre del 2016, y mi esposa, como buena mexicana de pro, lucƭa vestido y maquillaje de Catrina.

Junto al monumento a Cervantes.

SegĆŗn la leyenda, el origen de la Catrina es la figura azteca Mictecacihuatl, la Diosa de la muerte.

La representación de la Catrina tal y como la conocemos hoy tiene su origen en las obras de José Guadalupe Posada (1852-1913), precursor de esta, aunque sería el famoso artista Diego de Rivera (1860-1957) quien con sus obras la hiciera conocida a nivel internacional.

No cabe duda, que a pesar de que hoy en día los disfraces son mÔs habituales en estas fechas, sobre todo desde que la festividad de Halloween se ha internacionalizado fuera de USA, esta representación de la Catrina no es de lo mÔs conocida, y ciertamente provocó cierta conmoción y sobre todo sana curiosidad entre los moteños.

Molinos de Mota del Cuervo.


Casas Solariegas.

Visitar Mota del Cuervo y su casco antiguo es disfrutar de la herencia del pasado en sus casas solariegas de los siglos XVI, XVII y XVIII, destacando la casa de Diego de GuzmÔn y Figueroa, primer miembro de los Condes de Campillos, la casa de Fray Alfonso Cano, obispo de Segorbe y la Casa del Escudo de la Inquisición.


Plaza Mayor.

La Plaza Mayor es el epicentro y corazón de la ciudad, en donde no solo encontramos el Ayuntamiento y los juzgados, si no que es el punto de reunión y festejos populares de los moteños.

El edificio municipal y la torre del reloj, fueron parte de un antiguo conjunto de iglesia y monasterio de la orden franciscana. Aún mÔs, el Salón de la Alcaldía conserva una hermosa cúpula policromada del siglo XVIII.

Otra importante plaza de la ciudad es la denominada Plaza de Cervantes desde 1922, antiguamente conocida como Plaza del Mercado, o Plaza del Toril o del Coso, pues era el lugar para los espectƔculos taurinos.

La Plaza de la Cruz Verde es el centro del conocido como Barrio de la CantarerĆ­as, en donde se encontraban la mayorĆ­a de los artesanas del gremio de la alfarerĆ­a, pues la alfarerĆ­a moteƱa era una tarea dedicada exclusivamente por mujeres. AquĆ­ tambiĆ©n encontramos el Museo de la AlfarerĆ­a. 

Playa mayor, ayuntamiento y torre del reloj.


Iglesia de San Migues ArcƔngel.

Esta iglesia data del siglo XV al XVII, con elementos que demuestran claramente la influencia de la Orden de Santiago, tan importante en toda la región.

Declarada Bien de InterƩs Cultural en 1990, esta dedicada a San Miguel ArcƔngel, cuya festividad es el 8 de Mayo.

Vista de Mota del Cuervo desde la Sierra de los Molinos, junto a las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza.


La Sierra de los Molinos.

Desde estos altozanos, no solo tenemos una privilegiada vista de Mota del Cuervo y de buena parte de la Mancha, si no que ademĆ”s podemos disfrutar de los siete molinos de viento se se levantan en esta sierra, quizĆ”s el elemento mĆ”s destacable y turĆ­stico de Mota del Cuervo.

Dulcinea y los Gigantes.

Molino El Cervantes.

Desde 1967 se ha denominado, geoturísticamente, El Balcón de la Mancha, y la verdad es que las vistas y el panorama que disfrutamos desde aquí hacen mÔs que justicia a ese nombre.

Los molinos constan de tres plantas. En la planta superior es donde se encuentran las pequeƱas ventanas a travƩs de las cuales entra el viente que mueve la maquinaria, la cual hace volar las aspas de estos gigantes, las cuales a su vez hacen girar la enorme rueda catalina, la cual es usada para moler el trigo en harina.

Molino El Irak.

Molinos junto a estatuas de los personajes del Quijote.

Molino El Goethe.

Don Quijote y Sancho Panza.

Tarde ensangrentada a la espera del duelo de Don Quijote con los Gigantes.

El origen de estos molinos, al menos alguna referencia escrita de ellos, data del 1550, gracias a un manuscrito que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, sobre un pleito entre un molinero y el concejo.

En el siglo XX, con la llegada de la energƭa elƩctrica estos caerƭan en completo desuso.

La Asociación de Amigos de los Molinos se funda en 1955, con la idea de protegerlos y restaurarlos, como parte integrante de nuestra historia, cultura y tradiciones.

Cada molino tiene su nombre: El Zurdo, El Gigante, El Cervantes, El Goethe, El Piqueras, El Fran Grillparzer y el Irak.

El Zurdo es el único original que se mantiene, el resto fueron reconstruidos en los años sesenta sobre las estructuras anteriores. El Zurdo ademÔs tiene la característica que sus aspas giran al revés que la de los otros seis. Un dato mÔs sobre este molino es que es el único que no es propiedad municipal, pues fue comprado por un particular, Ramón Serrano Súñer, en 1941, el cual ha restaurado el molino en los años 1941 y 1994.

Quijote en azul y...

Quijote en rojo.

El Piqueras fue el primer molino en ser reconstruido, gracias a donativos de moteños, el ayuntamiento de Mota del Cuervo y la Asociación de Amigos de los Molinos. Fue inaugurado en 1962, y tiene el nombre del fundador de la Asociación de Amigos de los Molinos, Joaquín Piqueras. Es propiedad del municipio y alberga un pequeño museo de agricultura, donde se exponen objetos de labranza en los tres pisos.

El Cervantes fue el segundo en reconstruirse. Inaugurado en 19663 en honor de Miguel de Cervantes Saavedra. En 1998 fue cedido a la UNESCO para poder crear un centro multimedia con el cual poder difundir y hacer conocer la cultura de La Mancha.

El Gigante ha tenido varios nombres previamente, como El Fray Luis de León, El Miguel HernĆ”ndez o El Frances, en la Ć©poca en que fue cedido a Francia. Su restauración empezó en 1967, siendo inaugurado en 1999 como Museo de la Molienda, y tambiĆ©n alberga la Oficina de Información TurĆ­stica. Los SĆ”bados por la maƱana, si el tiempo lo permite, se pone en marcha con lo que podremos disfrutar de una molienda como las de antaƱo.

Molino el Goethe donde podemos apreciar la artesanĆ­a local.


Molino El Cervantes con una alusión a la lucha de Don Quijote con los Gigantes.


Molino El Irak con Mota del Cuervo en el horizonte.

El Goethe inició su reconstrucción en 1963, y tiene su nombre en honor del famoso literato alemÔn Johan Wolfgang von Goethe.

El Irak, se inauguró en 1975 en honor del Presidente de Irak Ahmed Hassan al-Bakr. Se dedicó a la artesanía iraquí.

El Franz Grillparzer, inaugurado en 1967, fue dedicado a Austria, y recibió el nombre de este poeta y dramaturgo austriaco. En 1997 fue cedido a la Asociación de Radioaficionados de Pedro Muñoz.

Sabemos que esta sierra llegó a albergar mÔs de veinte molinos de viento en su mejor época, un panorama de inmensos gigantes para nuestro querido Quijote.



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4 Comentarios

  1. Hola, como mexicana me agrada ver que estÔs super bien documentado en todo lo relacionado con la tradición del Día de Muertos en mi país. Es un gusto leer tu artículo y ver tus hermosas fotos. Saludos.

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    1. Muchas gracias Ana. Te puedo decir que tengo buena maestra, pues mi esposa es de Michoacan, Mexico.

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